Pan sin amasado, una hogaza con la que tener éxito

Hacer pan en casa no es difícil si eliges la receta adecuada. te cuento algunos de los secretos del éxito (5 minutos de lectura)

Hacer pan en casa tuvo su momento de esplendor, eso es algo que no podemos negar. Si te sorprendiste a ti mismo buscando levadura en plena pandemia mundial, sabrás que lo de hacer pan se convirtió en un mecanismo de escape de propios y extraños. Fue una tendencia que poco a poco se fue extinguiendo, como casi todos los patrones de conducta que desarrollamos en ese momento. No obstante, si has llegado hasta aquí, es que algo has interiorizado o que un gusanillo empieza a revolverse en tu interior. Si tu alma panarra se ha despertado te invito a descubrir este pan sin amasado siendo una perfecta forma de empezar a hacer tus propias hogazas de pan.

pan sin amasado

Explorando las Masas de Pan y las Tentadoras Masas Dulces

Conocer y entender qué es lo que pasa en cada una de las fases de desarrollo de la masa es esencial a la hora de elaborar tus panes en casa.

Cuando se trata de alma panarra nivel homemade, estaremos hablando de cantidades pequeñas de masa que fácilmente podemos trabajar a mano, por lo que no necesitas ninguna maquinaria especial. Sin embargo, tener una amasadora con gancho te puede ayudar.

La masa del pan comienza a desarrollarse desde que el agua entra en contacto con la harina, justo en ese momento empieza a desarrollarse el gluten y descubrirás que estás destinado a cuidarla y darle todo tu amor. Y le tienes que dar todos tus cuidados si dudarlo, porque la masa tiene vida y está en tus manos que su evolución sea la esperada.

Ni que decir tiene que son la base de muchas recetas y especialmente dos tipos merecen especial atención: Las masas dulces y las masas de pan. Aunque comparten algunos ingredientes, su propósito y proceso de elaboración difieren significativamente. Veamos a continuación cómo la harina y la levadura hacen posible el milagro.

pan sin amasado

Las Masas de Pan: Los secretos de la Fermentación

Las masas de pan son el corazón y alma de la panadería. Su simplicidad aparente esconde una complejidad que a más de uno nos cuesta dominar. Los ingredientes básicos son harina, agua, levadura y sal. Sin embargo, el verdadero arte reside en la fermentación.

El pan, ese alimento básico que ha acompañado a la humanidad durante siglos, no sería lo mismo sin ella. ¿Qué ocurre cuando mezclamos harina, agua y levadura? ¿Cómo se transforma esa masa en un pan esponjoso y aromático?

La misión de las levaduras es descomponer los azúcares presentes en la harina y producir dióxido de carbono y alcohol etílico. El dióxido de carbono hace que la masa crezca mientras que el alcohol se evapora durante el horneado aportando sabor. Si ya has hecho algún pan en casa y no has podido resistirte a la tentación de probarlo aun caliente habrás notado esos vapores alcohólicos.

El Último Toque: Tu Pan, Tu Creación

Profundizar en la teoría del pan es una osadía a la que aun no me atrevo a entrar porque sigo aprendiendo la técnica. Son muchas las fuentes de las que hay que beber antes de escribir un manual. Por lo que volcar en este espacio la experiencia es la mejor opción de compartir tanto los éxitos como los fracasos.

En el calor de tu cocina, el aroma del pan recién horneado llena el aire. Has seguido cada paso con devoción mezclando la harina, amasando la masa y dejándola reposar. Ahora, frente al horno, sientes una mezcla de emoción y ansiedad. ¿Cómo será el resultado final?

El pan, como la vida misma, es un proceso de transformación. La fermentación ha obrado su magia. El pan se ha elevado, su corteza dorada y crujiente se ha formado al calor del horno. Al abrirlo, escuchas el susurro de las burbujas atrapadas en su interior. Es tu creación, tu obra maestra efímera.

No importa si es un pan rústico de centeno o una baguette elegante. Cada miga cuenta una historia, tu historia. Así que, con manos llenas de gratitud, retiras el pan del horno. El calor te envuelve y una sonrisa se dibuja en tus labios. No es solo pan; es amor, paciencia y dedicación.

Y mientras compartes esa primera rebanada con tus seres queridos sabes que has creado algo especial. Porque el pan no es solo alimento; es un vínculo con la tradición, la naturaleza y la vida.

pan sin amasado

Pan sin amasado

Os explico cómo hacer pan sin amasado y su receta paso a paso para que no tengáis problemas en la elaboración. El éxito está garantizado.

Guarda esta receta en la página de inicio de tu teléfono móvil. En la sección de ingredientes tienes la opción de ir seleccionando y tachando todos los ingredientes, así es mucho más fácil hacer la compra. Además, puedes elegir el número de porciones (raciones) que necesitas para que las cantidades de ingredientes se calculen.

Mira cómo hacer estos otros panes

Los amantes del pan nunca nos cansamos de contar las bondades de hacer pan en casa. Aquí tienes algunos ejemplos de panes sencillos.

Pan sin amasado, una hogaza con la que tener éxito

Dificultad: Intermedio Tiempo de preparación 40 hrs Tiempo de cocción 40 mins Tiempo de descanso 1 hrs Tiempo total 41 h 40 mins
Porciones: 6
Mejor temporada: , Adecuado durante todo el año

Ingredientes para hacer Pan sin Amasado

hacer Pan sin Amasado

  1. No hay mejor forma de comenzar una receta que desvelando un truquillo que a mi siempre me da buenos resultado. Calienta ligeramente el agua.

    Solo tienes que darle un toque de calor, que esté templada. De esta forma cuando disuelvas la levadura estos organismos vivos van a sentirse en un medio muy conformable para empezar el proceso de fermentación.

    Dicho esto, una vez que tengas el agua templada disuelve la levadura completamente antes de añadir  la harina.

  1. Seguimos con otro truco: Cuidado con la sal. 

    Por último toca añadir la sal, la cual es un enemigo declarado de la levadura. La desactiva por lo que pierdes eficacia en la fermentación. Por ello te recomiendo que una vez que la levadura esté disuelta y un poco mezclada con la harina, añadas la sal.

    Así habrás dado tiempo a que la levadura se posicione como dominante en la mezcla y la sal solo será una anécdota. 

  1. Una vez acabado este ritual, que puede parece más fruto de algun toc extraño que una técnica panarra, empezaremos a mezclar la masa. Primero con ayuda de una paleta o similar, para terminar hundiendo las manos en la masa y terminar de mezclarlo todo.

    Recuerda que no es un amasado, solo queremos formar una mezcla homogénea.

  1. Una vez integrados todos los ingredientes, los trasladaremos a otro recipiente limpio con un poco de aceite de oliva en el fondo, lo cubriremos con film transparente de cocina y lo dejaremos en la nevera durante 24 horas. Durante este tiempo, la masa habrá fermentado y duplicado su volumen. El resultado de este proceso se puede observar en la imagen.

  1. Los tiempos de levados son relativos ya que cada masa se comporta de forma diferente, al fin y al cabo son seres vivos y, como tales, tienen su propia personalidad.
     
    Transcurrido este primer levado lo volcaremos en la encimera y realizaremos una serie de plegados. Aplanaremos la masa suavemente hasta obtener un rectángulo. Llevamos los extremos al centro y nos quedará un rectángulo más alargado. Volvemos a llevar los extremos la centro y alargamos la masa con un leve movimiento  de arrastre. 
  1. Lo pondremos en un molde alargado y lo volveremos a tapar con el film transparente. Lo devolveremos a la nevera durante 16 horas más.

  1. Como ves en la imagen superior, la masa ha crecido muchísimo dando forma a la hogaza final.
     
    Ya solo quedará meter el molde en el horno precalentado a 250ºC, lo dejamos 10 minutos a esa temperatura y la bajamos a 200ºC. Lo horneamos 30 minutos más y estará listo.
     
    Estos tiempo son relativos, deberás ir vigilando el pan la primera vez que lo hagas. Lo que debes mantener es ese primer golpe da calor en el horno a 250ºC  para terminar el cocido del pan a 200ºC. 
  1.  
    Transcurrido este tiempo lo sacaremos del horno. Con mucho cuidado de no quemarnos sacaremos el pan del molde y lo dejaremos enfriar sobre una rejilla. Cuando esté frío lo podemos guardar en un lugar fresco y seco para que dure más. Si es en bolsa de papel o tela, mucho mejor.

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