Comenzaremos con las patatas, las cortaremos muy finas para que se cocinen en el horno de forma rápida y queden blanditas. Nosotros optamos por usar la mandolina, pero si no tienes puedes cortarlas a cuchillo con un poco de paciencia y dedicación. Una vez que las tengas cortadas las mezclaremos con la cebolla cortada en juliana fina y el bacalao desmigad
Respecto al bacalao, podéis usar un bacalao fresco o uno curado en sal. Nosotros hemos optado por la segunda opción. Para desalarlo deberás mantenerlo en agua durante unas 24 horas realizándole de 4 a 5 cambios de agua en ese transcurso de tiempo. Pero todo dependerá del tamaño de los trozos del bacalao. Te aconsejamos ir probándolo y decidiendo dichos cambios.
Una vez mezcladas las patatas con la cebolla y el bacalao desmigado, añadiremos aceite de oliva y un poco de sal y lo pondremos dentro de un aro metálico. Yo he utilizado un aro de emplatar, muy fácil de encontrar en cualquier bazar. Si no tienes puedas hacerlo dentro de una cazuelita de barro o cualquier otro recipiente apto para el horno. Finalmente, lo llevaremos al horno precalentado a 180ºC y lo dejaremos cocinar a media altura durante unos 20 minutos. Calor arriba y abajo.
Transcurrido ese tiempo, pondremos un huevo encima de las patatas y pondremos el horno en posición de gratinar. Gratinaremos todo el plato a máxima potencia durante escasos minutos. Cuando veamos que la yema comience a cocinarse sacaremos todo y serviremos.