Comenzaremos picando las verduras para hacer el sofrito. A mi me gusta que las verduras estén cortadas de forma generosa, es decir, que queden grandes para que se cocinen lo justo y que queden crujientes. Particularmente en este tipo de platos lo mejor es que conserven todo su sabor y eso se consigue con una cocción rápida a fuego muy alto.
Otro truquito va a ser muy útil es que el sofrito no lo hagas directamente en la cazuela que ves en la imagen si quieres presentarlo así. Es mejor que lo cocines todo en un sartén más grande y una vez hecho separes dicho sofrito en cazuelas independientes solo a falta de añadir el huevo. De esta forma controlarás mucho mejor las cocciones.
Otro punto a favor de esta forma de hacerlo es que se controla mucho mejor la cocción de la verdura y que puedes tenerla hecha con antelación solo a falta de añadir a las cazuelas y poner el huevo encima. Esto hace que sea un plato perfecto para servir en una reunión familiar donde no queremos meternos en la cocina mientras disfrutamos con los invitados.
Una vez que veamos que las verduras han alcanzado el punto deseado, añadiremos el huevo y un poco de sal y pimienta rosa por encima. Taparemos con una tapadera y dejaremos cocinar a fuego medio durante unos 5 minutos aproximadamente hasta que veamos que el huevo se cuaje a nuestro gusto. A mi me vuelen loca los huevos poco hecho, que la yema sea chorreante y que la clara esté cocina en su punto justo. Ya solo te quedará servirlo bien calentito y mojar pan💖