Si has llegado hasta aquí es que estas dispuesto a dar un paso más en la elaboración de dulces. Te cuento cómo hacer donuts caseros para que queden esponjosos.
Mi niñez y la de mucho de vosotros está ligada a los donuts. De una forma o de otra, estas rosquillas esponjosas siempre han estado presente en nuestra vida. Y aunque en casa siempre nos cuidábamos de comer más bollería de la cuenta, de vez en cuando nuestra madre nos compraba uno para merendar. Cada bocado sabía a gloria.
Ahora en mi casa sigo con la misma filosofía: bollería la justa y si es casera mucho mejor. Por eso hoy te cuento como hacer tus propios donuts caseros. Sigue leyendo y verás que sencillos son de hacer. En pocas líneas te cuento cómo hacer donuts caseros para que queden esponjosos.
La historia del donut se remonta a cientos de años atrás. En AzafranesyCanelas.com vamos a tratar de contarte algunas curiosidades de este dulce tan internacional que ha marcado a varias generaciones.
Podemos empezar contando que son conocidos por varios nombres diferentes: donas, rosquillas o berlinas. Si hablamos de su sabor, aunque inicialmente eran unos dulces con sabor dulce y aromático, con el paso del tiempo ha ido evolucionando introduciendo diferente sabores y coberturas.
Si tratas de hablar de los orígenes de cualquier cosa, siempre es difícil saber exactamente el lugar exacto de su nacimiento. Tras consultar diferentes fuentes de reconocido prestigio gastronómico, todas sitúan su origen en la Europa del Norte durante la Edad Media. Concretamente, todo apunta a que su origen es un bollo de aceite que, en la Holanda del Siglo XVI, se hacía de forma habitual y muy consumido por la calse alta de la sociedad. Básicamente era una pasta con mucho azúcar en forma de bola la cual se freía en grasa animal.
Pero no siempre fue un toroide (la forma de donuts de toda la vida con un agujero en el centro). En sus orígenes era un bollo redondo y algo plano pero sin agujero en el centro. Debido a los escasos medios técnicos de la época estos bollos siempre quedaban crudos por el centro.
Cuando se freían era complicado conseguir que la zona central quedase esponjosa, en su lugar, quedaba cruda al no llegar bien el calor al centro sin que quedasen quemados por fuera. Era realmente dificl control la temperatura del aceite/grasa donde se freian los pastelitos. Tened en cuenta que antes se cocinaba al fuego, pero literalmente al fuego de la lumbre; con ascuas y maderos al fuego. ¿Imaginas lo que suponía bajar la intensidad del calor? Era una tarea ardua y casi imposible.
Para salvar este inconveniente, los pasteleros más experimentados introducían nueces en el interior de los bollos de forma que, al haber menos masa en el interior, quedasen menos crudos.
El descubrimiento de América, fue sucedido por la colonización de los EEUU siendo una etapa histórica de varios siglos en los que se produjeron cambios en el mundo en general, que a día de hoy aún siguen siendo evidentes.
Este período de colonización abarca desde la llegada de los primeros inmigrantes europeos al continente americano, desde el siglo XV hasta finales del siglo XVIII. Las oleadas de inmigrantes europeos que arribaron al nuevo continente marcaron la historia de América.
Estos colonos llevaron estos dulces y su técnica a Estados Unidos. Allí, comenzaron a elaborarlos de forma muy exclusiva empezándose a llamar dough-nut. Cuya traducción sería:
Dough: Masa
Nut: Nueces
O lo que es lo mismo: masa de nueces. Como podéis ver, la combinación de este juego de palabras llevó a que estos Dough-nut derivasen en los conocidos Donuts.
Ya sabemos algo más de los donuts, pero todavía se quedaba crudo su centro. En la segunda mitad del siglo XVII un capitán llamado Hanson Gregory cambió la forma de estos dulces cuando decidió quitar el centro haciendo un agujero con un vasito. De esta manera, retiraba el centro que estaba crudo quedándose con la parte bien cocinada.
Este marinero acababa de inventar lo que hoy conocemos como el donut. ¿Será cierta esta historia? Quizás lo sea, y aunque nuca lo sabremos este artículo del Washington Post cuenta su propia historia de este famoso dulce.
Si tienes alguna duda, puedes preguntar lo que necesites dejando un comentario al final de la receta. También puedes contactar conmigo a través de Instagram, en mi perfil Zafranelas publico siempre cosas nuevas.
Iniciamos la recta con una primera masa de arranque, para ello pondremos la leche en un vaso y le daremos un golpe de calor en el microondas. Una vez templada le añadiremos la levadura y dejaremos que se de deshaga lentamente removiendo con una cucharilla para ayudar a disolverla. Mientras, en un recipiente amplio pondremos la harina de fuerza y el azúcar, le añadiremos la mezcla anterior y removeremos hasta que se integren bien todos los ingredientes.
Esta masa puedes realizarla con ayuda de una batidora provista de gancho de amasar, con una máquina tipo Kitchen Aid como yo, o incluso manualmente. Yo te recomiendo que te ayudes de una máquina, va a ser mucho más sencillo.
Pondremos la masa sobre la mesa y formaremos una bola. Si vemos que está demasiado pegajosa puedes humedecerte las manos con agua, será mucho más fácil. Pondremos la masa en un cuenco amplio ligeramente engrasado con aceite, lo taparemos con paño de cocina y lo dejaremos levar durante un par de horas, hasta que la masa doble su volumen. Este tiempo es relativo ya que va a depender de la temperatura y la humedad de la cocina. Solo tienes que vigilarlo y ver como más o menos va subiendo la masa, unas 2 ó 3 horas de be ser suficiente. En la imagen inferior puedes ver el aspecto final.
Cuando veamos que la masa ha crecido el doble de su volumen la pondremos sobre la encimera a la que previamente le habremos espolvoreado harina. Con ayuda de un rodillo estiraremos la masa hasta obtener una plancha de un grosor de 2 cm aproximadamente.
Iremos colocando los donuts en una bandeja (sobre los cuadraditos de papel de horno). Es importante dejar un espacio entre ellos ya que vamos a darle un segundo levado y van a aumentar su volumen. Una vez todos dispuestos sobre la bandeja los cubriremos con un paño de cocina y los dejaremos fermentar. El tiempo va a ser muy relativo dependiendo la de temperatura de tu cocina. Aproximadamente tendremos que dejarlo unas 2 horas.