Pastel de Calabacín, ideal para los que odian la verdura
El pastel de calabacín es uno de esos platos que no solo está rico, sino que también tiene el poder de cambiar la percepción de las verduras a aquellos que no son sus mayores fanáticos. Por este motivo es una receta mágica que convierte a los escépticos en amantes de las verduras con cada bocado.
Su textura suave y su sabor delicado hacen que sea una opción perfecta para una cena ligera, un almuerzo nutritivo o incluso como acompañamiento en una comida más elaborada. Además, es una excelente manera de aprovechar los calabacines frescos de temporada.
Así que, si alguna vez tienes que lidiar con haters de las verduras, con la combinación de ingredientes sencillos y la preparación fácil de este pastel de calabacín, no solo conquistarás paladares, sino que también estarás promoviendo hábitos alimenticios más saludables y sin esfuerzo.
Sobre los ingredientes del pastel de Calabacín
Los ingredientes de este pastel de calabacín son extremadamente accesibles y comunes en la mayoría de las cocinas. Para cualquier persona que disfrute de cocinar y mantener una despensa bien surtida, estos ingredientes son básicos, por lo que siempre estarán disponibles.
Ingredientes como el calabacín, la cebolla, los huevos, la leche y el queso son productos que se encuentran fácilmente en cualquier supermercado o tienda de barrio. No necesitas buscar en tiendas especializadas ni gastar mucho dinero para conseguirlos.
Estos ingredientes son versátiles y se utilizan en una amplia variedad de recetas. Tenerlos a mano te permite preparar no solo este pastel, sino también muchas otras comidas deliciosas y nutritivas.
Son ingredientes económicos. El calabacín y la cebolla, por ejemplo, son vegetales de temporada que suelen tener un precio accesible durante todo el año. Los huevos y la leche también son productos básicos que no representan un gran gasto.
En caso de que te falte algún ingrediente, es fácil encontrar sustitutos. Por ejemplo, si no tienes nata, puedes usar crema de leche o incluso yogur natural. Si te falta queso rallado, cualquier tipo de queso que se derrita bien puede funcionar.
Os explico como hacer pastel de calabacín y su receta paso a paso para que no tengáis problemas en la elaboración. El éxito está garantizado.
Guarda esta receta en la pantalla de inicio de tu móvil para un acceso rápido. En la sección de ingredientes, selecciona los que necesitas para simplificar la compra. Además, ajusta el número de porciones deseadas y las cantidades de los ingredientes se calcularán automáticamente.
- 4 Calabacines
- 1 Cebolla
- 1/2 Puerro
- 4 Huevos
- 3 Cucharadas Harina de trigo
- Mozzarella rallada
- Tomate frito
- Perejil picado
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Orégano seco
Asegúrate de lavar bien el calabacín bajo agua corriente para eliminar cualquier suciedad o residuo. Con un cuchillo, corta ambos extremos del calabacín.
Utiliza un rallador de caja o un rallador de mano para rallar los 4 calabacines. No es necesario pelarlos.
El calabacín tiene un alto contenido de agua. Coloca el calabacín rallado en un colador y presiona ligeramente para eliminar el exceso de líquido. También puedes usar papel de cocina para absorber el agua.
Ahora tu calabacín rallado está listo para ser incorporado en la mezcla del pastel. Lo reservamos.
Pondremos una olla amplia al fuego con un buen chorretón de aceite de oliva virgen extra. Añadiremos la cebolla junto con el puerro. Todo bien picado.
Pondremos una pizca de sal y sofreiremos hasta que se pongan blanditas.
A continuación añadiremos la harina y la sofreiremos durante unos 5 minutos sin para de remover hasta que se tueste un poco.
Esta es una técnica muy común para eliminar el sabor a crudo y darle un toque más tostado y agradable. De esta forma adquiere un sabor más profundo.
Una vez realizado todo lo anterior, añadiremos los calabacines rallados y seguiremos cocinando durante unos 15 minutos más a fuego medio. Añadiremos un poco de sal para rectificar, al gusto.
Transcurrido este tiempo, lo retiraremos del fuego y lo dejaremos templar durante unos 30 min aproximadamente.
Añadiremos los huevos, el tomate frito y mezclaremos bien. Si queremos un extra de queso, podemos añadir mozzarella rallada a la mezcla.
Ya solo quedará ponerlo todo en una bandeja apta para horno, cubrir con queso y hornear durante unos 30 minutos con calor arriba y abajo. Podemos terminar con 2 minutos de gratinado a máxima potencia para terminar de dorar el queso. Termina con un poco de orégano por encima.
El resultado es un plato de verduras de lo más sencillo. Si quieres reducir calorías, no añadas harina y reduce la cantidad de queso.