El fruto seco que he utilizado para hacer este pudin de bollería son las macadamias. Es una nuez peculiar especialmente gustosa y llena de vitaminas, como todos los frutos secos tostados. Un puñado al día es una buena forma de fortalecer nuestros huesos y nuestro equilibrio natural.
Hoy vengo con una receta de aprovechamiento ya si no sabes que hacer con esos bollos que han quedado arrinconados en tu despensa, esta receta les devuelve el protagonismo.
En nuestro panorama gastronómico los dulces son un festín que pocos pueden pasar por alto. Desde las recetas familiares más tradicionales hasta los postres más elaborados, ninguno se salvan de ser devorados en cualquier ocasión.
Las nueces de macadamia son originarias de los bosques tropicales de Australia por lo que son un fruto seco muy peculiar al alcance de todos. Su sabor delicado, textura cremosa y beneficios para la salud las han convertido en un producto gourmet apreciado en todo el mundo, aunque las podemos encontrar fácilmente en todos los supermercados.
Estas nueces provienen de dos especies de árboles australianos: Macadamia integrifolia y Macadamia tetraphylla. Aunque su cultivo se ha extendido a otras regiones como Hawái, California, Florida, Centroamérica, Brasil, Indonesia y África oriental, su origen se encuentra en los bosques tropicales del Sur de Queensland y la zona Norte de Nueva Gales.
Las nueces de macadamia son redondas, parecidas a pequeñas canicas con un diámetro de aproximadamente 3 centímetros. Su cáscara es más dura que la de otras nueces y su textura, debido a su mayor contenido de grasas, es sorprendentemente cremosa.
Os explico cómo hacer pudin de bollería con la receta paso a paso para que no tengáis dudas en la elaboración. El éxito está garantizado.
Si tienes alguna duda, puedes preguntar lo que necesites dejando un comentario al final de la receta. También puedes contactar conmigo a través de Instagram, en mi perfil Zafranelas publico cada día cosas nuevas.
Comenzaremos poniendo la nata en un cazo, lo pondremos al fuego y dejaremos que se vaya calentando lentamente. Añadiremos la canela para que la nata vaya tomando todo el sabor. Dejaremos que se infusiones durante unos 10 minutos aproximadamente. Es importante que la nata no llegue a hervir.
Mientras, pondremos los huevos y el azúcar en un recipiente amplio y lo batiremos hasta que se nos forme una mezcla homogénea y blanquecina. El color intenso de las yemas pasa a un amarillo pálido y la mezcla adquiere cierto volumen. En ese mismo recipiente añadimos la bollería desmigada y las macadamias un poco rotas. Yo las he triturado ligeramente en un mortero.
A continuación volcamos nata caliente sobre bollería desmigada y macadamias. Antes podemos retirar la canela. Lo mezclaremos todo bien de forma que la bollería vaya integrándose bien en el líquido. Iremos removiendo lentamente para que se integren bien todos los ingredientes.
Como veis en la imagen yo he utilizado unos moldes desechables muy fáciles de encontrar en cualquier supermercado. Solo tendrás que untarlos bien con mantequilla, poner un poco de caramelo líquido en el fondo y añadir la masa anterior.
Para hacer le caramelo pondremos el azúcar y el agua en un cazo. Lo mantendremos a fuego medio. Transcurridos unos minutos la mezcla empezará a hervir. Tendreis que prestar especial cuidado en estos momentos ya que el azúcar en estas condiciones alcanza temperaturas altísimas, las quemaduras que provocan pueden llegar a ser bastante graves. Iremos controlando constantemente el color del azúcar. Podremos observar que poco a poco el azúcar se nos va transformando en caramelo al cambiar el color. Veremos que se va dorando poco al poco la mezcla de azúcar y agua.
Ya solo nos quedará untar los moldes con mantequilla y echar toda la preparación anterior. Los meteremos al horno al baño maría, a 150ºc unos 50 minutos.