Un buen asado de carne tiene presencia por si mismo en la mesa, pero si lo acompañamos de algunas guarniciones y salsas bien elegidas el resultado mejor con creces. En el apartado de salsas podemos encontrar infinidad de variedades por lo que a veces la decisión se complica demasiado. Para facilitarte esta tarea vengo a contarte como hacer esta salsa para carne mil sabores, una guarnición que nunca falla.
Lo primero que te estarás preguntando es la particularidad de su nombre. ¿Mil sabores?. He elegido ese nombre porque cada bocado es diferente, vas descubriendo nuevos matices poco a poco lo cual te descubre un mundo nuevo en cada porción de carne que te lleves a la boca.
Las hierbas frescas llevan todo el peso de la salsa, son aromáticas y aportan una frescura al paladar que nos hace querer seguir comiendo carne sin parar. La menta es el hilo conductor del plato y el perejil aporta el sabor natural a campo que necesita una buena carne asada.
Pero, ¿Desde cuando utilizamos salsas en la cocina? La evolución de la gastronomía a través las de historia de las civilizaciones nos hace un recorrido que nos lleva desde el antiguo Imperio Romano hasta nuestros días.
Garum: una salsa del mundo antiguo
El gastrónomo Marcus Gavius Apicius en el siglo I antes de Cristo reseña en su libro DE RE COQUINARIA, el Garum como la salsa protagonista de la cocina romana, figurando entre las primeras de las que se tienen registros.
Aunque el origen del garum se remonta a los fenicios y a los griegos, fueron los romanos los que crearon una auténtica industria para elaborarlo ya que formó parte imprescindible de su gastronomía. Existían fábricas especializadas en salazones y salsas de pescado, las cetariae. Las más antiguas datan del siglo VI a.C. Eran lugares de fabricación que se localizaban a pie de costa para garantizar el fácil y rápido acceso a la pesca. Solían ubicarse lejos del casco urbano debido a los malos olores que emitían.
Uno de los elementos más característicos de estas factorías eran las cubetas, en las cuales se producían las salazones. Estaban hechas a ras de suelo a base de mortero aunque ocasionalmente se pueden encontrar excavadas en la roca. Las fabricadas en mortero se recubrían de opus signinum, un acabado muy resistente que garantizaba su impermeabilidad. El conjunto eras un mortero romano impermeable hecho con una mezcla de cal, agua, arena de río, polvo de barro y, a veces, puzolana. Toda una tecnología efectiva y duradera ene l tiempo.
En resumidas cuentas, el garum era un aderezo fundamental en la gastronomía, siendo una de las primeras salsas conocidas.
Desde el garum hasta mi salsa para carnes mil sabores ha llovido bastante, pero te aseguro que vas a alucinar con la potencia de sabores que vas a encontrar en cada bocado.
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Os explico cómo hacer salsa para carne mil sabores con la receta paso a paso para que no tengáis problemas en la elaboración. El éxito está garantizado.
Si tienes alguna duda, puedes preguntar lo que necesites dejando un comentario al final de la receta. También puedes contactar conmigo a través de Instagram, en mi perfil Zafranelas publico cada día cosas nuevas.
Salsa para carne mil sabores, una guarnición que nunca falla.
Ingredientes para hacer la salsa
Cómo hacer la salsa
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Esta receta es bastante sencilla ya que se hace todo en menos de 15 minutos. No necesitas mucha más infraestructura que una tabla de cortar y un buen cuchillo afilado. Comenzaremos sacando un buen puñado de hijas de menta de sus tallos y poniéndolos en la tabla de cortar. Haremos lo mismo con el perejil. Picaremos ambas hierbas muy finas con ayuda del cuchillo hasta que queden muy pequeñitas.
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Cuando tengamos las hierbas picadas, haremos un hueco en el centro y añadiremos los pistachos y los picaremos junto a las hierbas. Seguidamente haremos lo mismo con los pepinillos y las alcaparras. Sin olvidar que también tenemos que añadir las aceitunas una vez que les retiremos el hueso, y las anchoas. Todo debe quedar muy bien picado.
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Cuando todos los ingredientes estén muy picados, añadiremos un toque de pimienta negra molida, aceite de oliva virgen extra y un poquitín de vinagre.
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Para finalizar, y para potenciar los sabores, añadiremos el agua caliente para que se integren bien todas las texturas y matices. Este paso es fundamental para que en poco minutos tengamos una salsa variada llena de sabor.