Tartar de salmón extra, con ahumado y natural
El tartar es una preparación de carne o pescado crudo picado fino, se presenta aderezada con condimentos o salsas. El más popular es el tartar de ternera o el de atún y en esta receta vamos a ver una variante muy sorprendente, el tartar de salmón extra es una de esos platos que no te van a dejar indiferente.
Existen dos variantes principales del tartar de salmón. La primera contiene exclusivamente salmón fresco, la que os muestro hoy está hecho a base de salmón fresco y ahumado a partes iguales.
Pero la gracia del salmón reside en su aderezo, suelen ser condimentos ácidos, perfectos para acompañar a los pescados y carnes crudos. Esta acidez acaricia al paladar de forma que comer un tartar de este tipo se convierte en toda una gozada.
Aunque parezca un poco complicado hacer un tartar, he de deciros que no es tan difícil como puedas pensar. Solo necesitas un cuchillo afilado y ganar de disfrutar de este plato.
Uno de los secretos es que debes cortar el pescado en cuadraditos del mismo tamaño. Esto nos asegura que el pescado se aderece de forma uniforme.
Antes de comenzar con la receta tienes que ver estas recetas, son las más exitosas:
Como os decía, el aderezo es una de las partes más importantes de un buen tartar. Cómo cortes los ingredientes es muy importante ya que es fundamental que la textura en la boca sea uniforme.
Si quieres un consejo te cuento mis trucos:
- El principal protagonista es el salmón, por lo que debe ser el ingrediente predominante.
- El aderezo deber ir picado más pequeño que el salmón.
- El aguacate es un punto muy a favor de este tipo de tartares
Os explico cómo hacer tartar de salmón extra y su receta paso a paso para que no tengáis problemas en la elaboración. El éxito está garantizado.
Si tienes alguna duda, puedes preguntar lo que necesites dejando un comentario al final de la receta. También puedes contactar conmigo a través de Instagram, en mi perfil Zafranelas publico cada día cosas nuevas.
- 125 g Salmón fresco
- 125 g Salmón ahumado
- 2 tbsp Aguacate picado
- 2 tbsp Cebolla morada
- 1 tsp Mostaza ((De Dijon))
- Zumo de limón (Al gusto)
- Ralladura de piel de limón
- Eneldo fresco
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
Comenzaremos picando el salmón. Intentaremos que todos los trozos sean de igual tamaño. El salmón fresco nos va a costar un poco más ya que el pescado está más tierno y suele deshacerse un poco. El salmón ahumado es más compacto y el corte casi no entraña dificultad alguna.
Hacer un buen tartar es cuestión de tener una cierta habilidad y paciencia con el cuchillo y saber equilibrar el aderezo del mismo. Una vez picados los dos tipos de salmones, picaremos es resto de los ingredientes.
A nosotros nos gusta jugar con los tamaños de los ingredientes. El pescado lo preferimos en cubos grandes para poder apreciar la textura del mismo. El resto de ingredientes más picados se integran mejor en el conjunto.
En este caso la cebolla y los pepinillos los hemos puesto picados muy finamente, de esta forma se reparten uniformemente por todo el tartar asegurando así que cada cucharada contenga todos los sabores.
En cambio el aguacate lo hemos cortado del mismo tamaño que el pescado, o incluso un poco más grande. La textura mantecosa de esta fruta va a ser clave en el conjunto del plato.
Una vez picados todos los ingredientes los pondremos en un plato y lo aliñaremos con el resto de ingredientes. Un poco de sal y unas gotas de limón serán el toque final.
Ya solo nos quedará poner unas hojas de lechugas tiernas en el fondo del plato (aliñadas en el momento con un poco de limón y sal) y con ayuda de un aro de emplatado daremos forma al tartar.
- Os recuerdo nuestro truquillo para añadir un elemento untuoso al tartar pero sin que se modifique el color del pescado:– Cuando hayáis introducido en el aro la mitad del pescado para el tartar, poned una pizca de la mostaza de Dijon (en este caso) en el centro. Posteriormente terminad de rellenar el aro.De esta formar el tartar queda relleno con este ingrediente el cual aparece a medida que lo vamos comiendo.
Terminamos el plato con unas hojas de eneldo fresco por encima el cual aportará matices muy frescos al conjunto.
La mezcla de los dos salmones queda genial tanto en sabores, destacando el ahumado; como en texturas, más cremosa del salmón fresco y más firma del ahumado. Todo un descubrimiento.
Espero que te haya gustado, que la disfrutes y no olvides valorar esta receta! Aquí abajo tienes las estrellas, me sería de gran ayuda saber tu opinión.